jueves, 22 de septiembre de 2016

Mi diccionario lunar

Otra de las características de mi literatura es que me encanta reinventar las palabras. Mi nueva obra próxima a salir en el mes de octubre, Catorce lunas llenas (primer premio en el XXXVIII Certamen Literario Carta Puebla, en su modalidad de libro de cuentos), no podía ser una excepción. De manera que en rigurosa exclusiva os anticipo este nuevo diccionario que he creado para ella: 

Amor incondicional: Amarte incluso allí donde tú no te amas.

Curiosidad: Arte de hacer preguntas.
Demencia: Si te he visto, no me acuerdo.
Diccionario: Inventario de palabras.
Egoísmo: Yo, mí, me, conmigo, incluso hablando de ti.
Estrés: Saturación de objetivos.
Escuchar: Acoger en el corazón aquello que oímos.
Éxito: Anhelo personal no exento de riesgos: cuanto más alto, más cerca del abismo; cuanto más peso, más probabilidades de que nos aplaste.
Generosidad: No llamar nunca propio a aquello que es mío.
Gritar: Golpear con las palabras.
Guardería: Lugar donde crecer es jugar.
Hipocondría: Vivir permanentemente como un enfermo sin serlo, por miedo a padecer la enfermedad.
Ilusión: Madrugar por verte antes… aunque sepa que no estás.
Libertad: Que a tu boca no le quiten sus palabras.
Melancolía: Esfuerzo sin resultado.
Nostalgia: Tristeza originada por el olvido de una dicha encontrada.
Pasión: Amor en movimiento.
Por favor: Palabra mágica con la que consigues muchas más cosas cuando la dices que cuando no.
Progreso: Ahora que vivimos más, que podamos vivir mejor.
Prudencia: Contar hasta mil antes de hablar.
Roca: Trocito de montaña. No confundir con cariño, que es un trocito de amor.
Sensatez: Especie de lentes que nos permite ver los detalles de las cosas.
Sobrevivir: Evitar los ángulos muertos a los que a veces nos lleva la vida.
Solidaridad: Amor sin esperar nada a cambio.
Zanahoria: Material del que está hecha la nariz de los muñecos de nieve.

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