lunes, 18 de septiembre de 2017

Mi pregón

Buenas noches, vecinas y vecinos, visitantes, peñistas, familiares, amigas y amigos:
Permitidme empezar este pregón tirando del sabio refranero popular. Y es que de bien nacidos es ser agradecido. Así que quisiera dar las gracias de corazón a todo el municipio de Toral de los Guzmanes por permitirme ser esta noche el pregonero de nuestra Fiesta.
Fue hace ya más diez años cuando vine a este lugar por primera vez, pues de aquí procedía la familia de la persona que entonces era mi novia y hoy es mi mujer. Ella me había hablado de su Palacio de adobe –el único palacio de tapial que sigue en pie-, de su Museo de los Botijos, de esa historia de su iglesia sin torre y de su torre sin iglesia… También de sus recuerdos de infancia junto a sus primos, de esas meriendas con sus amigos en aquella bodega, de unos dulces llamados feos, de su riquísimo queso, e incluso de esta, su Fiesta del Cristo de la Vega. Recuerdo cómo en aquel primer paseo ella me detallaba dónde nacieron sus abuelos, sus tíos, su madre… Y recuerdo que a mí, que venía de otro pueblo allá por tierras de Zaragoza, el sitio me encantó.
Desde entonces, poco a poco, he ido haciendo de Toral de los Guzmanes mi pueblo de referencia. No sé si es él el que me ha adoptado a mí o he sido yo el que le he adoptado a él. Aquí pasamos los meses de verano, hemos bautizado a nuestra hija, estuvimos empadronados en su día (¡y dad por seguro que volveremos a estarlo en cuanto las circunstancias nos lo permitan!) e incluso desde mi condición de escritor, muchos de sus detalles han servido de inspiración para alguno de mis cuentos. No en vano, presumo con orgullo de que en su biblioteca municipal hay al menos un ejemplar de cada uno de mis libros.
Admito que ahora los paseos familiares son muy distintos a aquellos primeros, pues las referencias nos las marcan nuestros hijos. Montamos en bici hasta la piscina para que Manuel pequeño siga progresando en natación –de hecho, él aprendió a nadar aquí-, damos un paseo para que Amalia juegue en el parque, nos acercamos a alguna vaquería simplemente para que vean las vacas, o vamos a casa de Gloria, quien siempre les premia con alguna onza de chocolate… A ellos también les encanta. Aquí tienen sus amigos. Pero a pesar de los cambios, mi sensación sigue siendo la de entonces: junto a vosotros me siento a gusto; entre estas calles, estoy en paz.
Tirando otra vez de refranero, sé sobradamente que lo bueno, si breve, dos veces bueno. Por eso no quisiera alargarme más. Tan solo me queda reiteraros mi agradecimiento, desearos también de corazón que disfrutéis de estos días de Fiesta y –como médico preventivista que soy- recomendaros que lo hagáis siempre con sentido común y con mucho, muchísimo, sentido del humor. De manera que durante estos días, se prohíbe no sonreír.
Por eso, con todas las fuerzas de esta tierra leonesa, con toda la nobleza de mis orígenes maños: ¡Viva Toral de los Guzmanes! ¡Viva el Cristo de la Vega!

1 comentario:

El Amor Azul Marino dijo...

https://www.youtube.com/watch?v=oU6ht60qV1M