En verdad que me habría conformado con ser paje, pastorcillo o molinero, pero mi maestra quiso que fuera yo quien portara el cofre de oro para la estampa de aquel Nacimiento. Ha sido un premio por atender sin sonrisas a sus explicaciones...
A mamá le encantó. Desde entonces sé que la ilusión es hereditaria. ¡Se hereda de los hijos!
A mamá le encantó. Desde entonces sé que la ilusión es hereditaria. ¡Se hereda de los hijos!
Nota: Fragmento perteneciente al relato Un regalo para Lida de mi libro Cartas para un país sin magia.
2 comentarios:
Pues yo te agradezco el día en el que desinteresadamente junto con nuestros amigos Porfirio y Ernesto, vestidicos de Reyes Magos, regalasteis una gran alegría e ilusión a todos nuestros hijos. Será que tienes madera de Rey de Oriente.
Gracias por esas sonrisas.
Hola Carlos:
Mil gracias a ti por tus palabras y por traerme el recuerdo de ese día. En efecto, los niños lo pasaron fenomenal; pero créeme... ¡nosotros también!
Un abrazo grande.
Publicar un comentario