Cerca de 2.000 millones de personas de unas 6.500 ciudades de al menos 150 países (empezando por Samoa y acabando en las Islas Cook) nos unimos ayer sábado a la celebración de La Hora del Planeta, una iniciativa organizada por sexto año consecutivo por WWF. Durante una hora, de las 20:30 a las 21:30 horas, se apagaron las luces de cientos de edificios emblemáticos, incluyendo la mayoría de los iconos mundiales: la Ópera de Sidney, la Torre Eiffel, la Torre de Pisa, el Empire State, la Alhambra... Y en mi caso, ¡el salón de mi casa! En palabras de Andrew Ridley, su fundador y director, “todos y cada uno de nosotros juega un papel muy importante para cambiar las cosas en nuestro mundo. La Hora del Planeta celebra nuestro compromiso con el Planeta e inspira a los que nos rodean con un simple gesto común: apagar las luces durante una hora”. Y según Juan Carlos del Olmo, secretario general de WWF, "es crucial que todos actuemos en nuestro día a día para ahorrar energía, y para reclamar a nuestros gobernantes que tomen medidas de lucha contra los efectos del cambio climático".
Algunos de los compromisos ambientales propuestos junto a esta iniciativa son no usar el coche para distancias cortas, no poner el lavaplatos hasta que esté lleno o utilizar bombillas de bajo consumo. Otros retos se refieren a eliminar el consumo fantasma del stand by de los aparatos eléctricos, bajar la calefacción a 21 grados y aprovechar al máximo la luz natural.
domingo, 1 de abril de 2012
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