martes, 24 de abril de 2018

Un día para dar gracias

Si la semana pasada compartía que todos los 23 de abril, Día del Libro, constituyen mi particular Día de la Marmota, pues llevo más de diez años viviendo lo mismo en él -si bien he de reconocer que cada edición parece luego distinta-, el 24 de abril es siempre una jornada para dar gracias. Gracias a los muchos amigos y lectores -en la mayoría de los casos, ambas condiciones coinciden- que se acercaron a acompañarme y que prácticamente agotaron las existencias de esas Catorce lunas llenas a las que últimamente escribo... Gracias a cuantos forman parte de esa nave llamada Librería Albareda y a Manuel, su capitán, por su confianza, por su generosidad, porque siempre están ahí... Gracias a Vera y Miguel Ángel, mis editores, por tanto ya comentado, porque nuestros libros llegan puntuales en cada edición... Y gracias, con un plus añadido por su personalidad, a nuestra amiga Mª Pilar Hernandis, con quien compartimos lluvia -menos mal que acudo siempre con paraguas-, firma de esa antología tan entrañable titulada Somos diferentes en la que hemos participado, y sobre todo amistad.

1 comentario:

El Amor Azul Marino dijo...

Mil sonrisas añadidas.
https://elamorazulmarino.blogspot.com.es/2018/04/despues-del-dia-del-libro.html