En el preámbulo de algún relato, ayer por la noche le pregunté a mi hija que cómo estaba quedando la función navideña de su clase que nos representarían en el día de hoy. Ella, lejos de contestar con un monosílabo, me advirtió: "Papá, ¡mañana te va a encantar!".
En efecto: este martes ha sido día de representaciones en el Colegio Marista San José, de León. A primera hora, mi pequeña junto a sus compis de Infantil... Por la tarde, mi hijo, con los suyos de Primaria.
Y allí, sentado en la butaca del salón de actos, he disfrutado de dos funciones estupendas.
En la sesión matutina, entre personajes de cuento acercándose al portal, recordé aquel aviso que me había dado mi hija. Y es que, ciertamente, salimos embelesados.
En la vespertina, ante esa Mary Poppins pintada de Navidad, recordé por un instante aquellos años en Madrid en los que hacía reseñas para un periódico universitario a propósito de las obras teatrales que veía. Atendiendo a su calidad, las calificábamos de una a cinco estrellas. Yo era de los críticos más duros, pues resultaba difícil que pusiera más de cuatro. Sin embargo hoy, por su entusiasmo, su entrega y simpatía, a esos actores y actrices les habría dado el pleno.
Por eso quiero felicitarles a través de este medio, junto a su profesorado, mamás, papás y demás familia que siempre están ahí. Porque sin duda alguna nos habéis encantado, como advirtiera mi hija, y os habéis merecido una puntuación de cinco estrellas que harán aún más brillante nuestra próxima Navidad.
martes, 17 de diciembre de 2019
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