Cuando Hernán Cortés trajo el chocolate a España se creía que tenía propiedades curativas. La gente de aquella época no estaba equivocada porque está demostrado que es un antídoto contra la depresión, el estrés y la ansiedad. Una cura del alma que nos ayuda a digerir la vida.
Manuel Cortés Blanco, médico, psicólogo y escritor, en su obra "Mi planeta de chocolate", nos relata las vivencias de un huérfano que durante la Guerra Civil Española, al igual que otros muchos, emigra a América. Todas las dificultades que se le cruzan en su caminar son pequeñas comparadas con la ilusión que guía sus pasos. Empeñado en realizar sus sueños se abre camino contra viento y marea.
Está escrito que no podemos elegir lo que nos acontece en la vida, pero sí decidir lo que hacemos con lo que nos pasa. La lucha por sobrevivir y la búsqueda de la felicidad están presentes en el alma de un niño que enciende todas las luces y no se amilana por nada. La extraordinaria sensibilidad del escritor al abrirnos su alma nos hace retornar a la infancia que, a fin de cuentas, es la patria de todo ser humano.
El tiempo es una tragedia para los que esperan. La fe no consiste en creer, sino en experimentar. Reprimir un sentimiento no produce otro efecto que multiplicarlo. El rencor es un país extranjero... Todos estos mensajes, lecciones de vida que sirven para cualquier hombre, podemos encontrarlos en este libro entrañable. Pero existe una máxima que encarna Benito, el protagonista, y que constituye el billete de esperanza e ilusión para seguir caminando, un consejo que nos recomienda encarecidamente el autor: "cuando tengas que elegir, elige la opción que lleve chocolate".
Mil gracias, Cristina, por tus palabras. Y como siempre digo, nos seguiremos leyendo.
2 comentarios:
Me alegro mucho de tu éxito, Manuel. Hacen falta muchos textos como el tuyo en el panorama literario, que leer sea placer y aprendizaje para la vida.
Un beso.
Soledad.
Buenos días, Soledad:
Nuevamente mil gracias por tus palabras.
En verdad que de momento son "éxitos" modestos, pero dado cómo está el mundo editorial me siento satisfecho.
Y así, desde esa misma sencillez, presumo de mis reseñas en el portal literario Losargonautas.net, en el boletín Divertinajes, en los blogs de tanto crítico... Y por supuesto, presumo de vosotros, mis lectores.
Mil y una sonrisas para todos.
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