Para algunos deriva del término soccus, especie de pantufla que utilizaban los comediantes, quienes se mostraban torpes y despistados en sus actuaciones a fin de desatar las risas del público.
Otros se remontan a tiempos de Napoleón, cuando el emperador solicitó ayuda al rey de Suecia de cara a su campaña en Rusia. Éste no quería aliarse con el ejército galo pero tampoco pretendía desairarle, de manera que forjó la siguiente estrategia: alegando desconocimiento del idioma francés, sus diplomáticos dilataron las negociaciones, solicitando mil y una traducciones, hasta conseguir que el corso desistiera de tal alianza.
Una tercera versión nos lleva aún más lejos: a la Guerra de los Treinta Años, donde las diferencias religiosas enfrentaron a Suecia y España. Se dice que al no entender la lengua castellana, los soldados suecos se mostraban distraidos e indiferentes ante los interrogatorios de los españoles. Finalmente, ante esa actitud, eran liberados. Esta feliz consecuencia sería aprovechada por prisioneros de otros países que se hacían pasar por suecos para conseguir su libertad.
Y la última, no por ello menos cierta, data del siglo XIX cuando las relaciones entre España e Inglaterra pasaban por sus peores momentos. Por aquel entonces el vino de Jerez era muy apreciado en este país. De ahí que muchos mercaderes ingleses atracaran en los puertos gaditanos ondeando banderas suecas para pasar desapercibidos y evitar así problemas con el suministro.
Por cierto... En los países escandinavos hay otra expresión referida a hacerse el español. ¿De dónde procederá?
7 comentarios:
Bienvenido Manuel.Que envidia me das con ese viaje y con la foto que has colgado.Pero no te nos hagas más el sueco y no dejes de escribir.
Muy interesantes y exhaustivas las explicaciones que das de "hacerse el sueco". Espero que te lo hayas pasado bien en Estocolmo, sin hacerte el sueco. Yo he estado en España, y no me ha quedado más remedio que "hacerme el español", porque, aunque vivo en Barcelona, yo me continúo considerando español.
Encantado de conocerte. Te visitaré con frecuencia.
Un abrazo,
Antonio
¡Hola, Manuel!
Ya veo que te ha ido bien allá por la fría Suecia. No me extraña, con Carmen y Jim, que son de lo más cálido.
Sólo decirte que con esa foto me das muchísima envidia, casi tanta como nostalgia.
Nos leemos. Un beso a tí y otro a Transi
Un post encantador y muy curioso. Desconocía por completo esas diversas hipótesis sobre la expresión. Saludos cordiales.
Hola de nuevo:
Gracias a Marga y Cristina por vuestra fidelidad, y a Isabel y Antonio por vuestra confianza al haber entrado en mi blog.
En efecto, Estocolmo es una garantía de pasarlo bien y "hacerse el sueco" una expresión cargada de historia.
Me alegran mucho los comentarios y que os haya resultado interesante. Por eso sed vosotros los bienvenidos.
Mil sonrisas y nos seguimos leyendo.
Muy curiosas tus explicaciones, Manuel. Por encima de todo, bienvenido, y me alegro de que te lo hayas pasado bien en este viaje.
Un beso.
Soledad.
Hace unos años me tocó hacer de "anfitrión" por motivos de trabajo, de una delegación sueca. Cuando les expliqué el significado de la expresión "hacerse el sueco" se rieron mucho. La explicación es la siguiente: a raíz de la serie "Fawlty Towers", cuando ellos se quieren "hacer el sueco" simplemente decían "¿Qué? I am Manuel, from Barcelona. I no understand"
Manuel, el camarero español del hotel "Fawlty Towers", tiene ciertas limitaciones con el inglés. Ello le lleva a situaciones comprometidas y divertidas aunque de vez en cuando, simplemente "se hace el sueco".
Me dijeron que cuando la serie se hizo en la TV catalana, Manuel no se llamaba así y además no era español. Seguramente ha cambiado de nacionalidad varias veces en función del país en que se exhibía la serie.
Podéis ver vídeos de la serie en You Tube. Por ejemplo http://www.youtube.com/watch?v=TT3XH9I2u_g
Manuel, mucha suerte y mucho chocolate en tu nuevo destino, y si no puedes elegir la opción con chocolate...hazte el sueco.
Javier Toledo
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