sábado, 29 de mayo de 2010

Bravo por la música

Dicen que la música amansa a las fieras, que favorece el desarrollo intelectual del niño, que es un antídoto frente a muchas enfermedades. Estoy convencido de ello. Además, en mi caso se convierte en uno de esos detalles que te ayuda a ser feliz.
Debo admitir que no acierto a diferenciar una nota fa de una re mayor, que tendría serias dificultades para diseñar un pentagrama y que no terminé airoso en la única rondalla de la que formé parte en mi vida. Sin embargo cientos de melodías serenan mis emociones, espantan el aburrimiento, me hacen sencillamente sentir.
Recuerdo la intensidad con que viví en la niñez cada edición del festival de Eurovisión. Sentada la familia alrededor de la tele con una bolsa de pipas, animábamos entusiastas a nuestro representante, entonando su estribillo y aguardando expectantes el puesto final.
- Spain, one point
¡No sé por qué Francia nos da siempre tan pocos puntos!
La música me ha acompañado en distintos pasajes de la vida: en la víspera de cada cita, en la alegría de lo bien hecho, en el silencio de los deslices. De su mano he sorteado la melancolía, busqué inspiración para mis cuentos, encontré un aliado ante las noches de insomnio.
Por todo eso, y como cantara aquél, ¡Bravo por la música!
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Nota: Fragmento perteneciente al relato Que se llama soledad, incluido en mi libro El amor azul marino.

2 comentarios:

LA CAJA DE ANBAIRO dijo...

Amigo Manuel:

Estoy de acuerdo contigo.
Ciertamente la música es beneficiosa para la salud de las personas e incluso para las plantas y ni que decir tiene, buena para el desarrollo mental de los más pequeños.

Respecto a Eutovisión:
Hoy por desgracia estamos más pendientes del país participante que de la melodía que nos interpreta. Se ha politizado en exceso; pero a pesar de todo:
!BRAVO POR LA MÚSICA¡

Un abrazo

Manuel Cortés Blanco dijo...

Hola Anbairo: Me alegra leerte de nuevo. Comparto tu comentario, al considerar todos los beneficios que puede tener la música. Y es que, como dijera Nietzsche y reza en la entrada de tantos auditorios, "Sine musica nulla vita".
Respecto al festival de Eurovisión, también estoy de acuerdo contigo. Es cierto que ahora no lo sigo, pero de pequeño era todo un acontecimiento tanto en mi casa como en mi pueblo. Evidentemente los tiempos (y sobre todo las circunstancias) han cambiado.
Otro abrazo para ti.