Según datos del Instituto Nacional de Estadística, en el 2009 la producción editorial en España disminuyó un 13,7% respecto al año anterior, siendo el ejercicio en el que menos libros se publicaron de la última década. De manera paralela asistimos a una sucesión de librerías que cierran por la caída en las ventas, a un recorte presupuestario en los eventos relacionados con la Literatura, a una lista de editoriales que simplemente desaparecen (es el caso de Amares, con quien publiqué mi primera obra). Hay certámenes de prestigio, como el Premio Caja España 2010 de Libros de Cuentos, que reducen la cuantía de sus premios respecto a ediciones pasadas. E incluso algunos, como el VI Certamen de Poesía “Vicente Presa” (organizado por la Concejalía de Educación y Cultura del Ayuntamiento de Mostotes), que se han suspendido por razones económicas.
En este contexto crecen más si cabe las dificultades para el joven escritor que quiere publicar su obra. A nadie o casi nadie le interesa lo que escribe. A pesar de su valía, los manuscritos aguardan confinados en el cajón de unos editores que nunca le leerán. Más que de talentos, lo que realmente vivimos es una gran crisis de oportunidades. Y es que en este terreno, como en todos, las crisis son así: tremendamente injustas.
Quizá por eso, ahora más que nunca, toca no resignarse, seguir fiel a un estilo, creer con devoción en uno mismo y no dejar de ser imaginativos. Al fin y al cabo, como decía Albert Einstein, “en los momentos de crisis sólo la imaginación es más importante que el conocimiento”.
viernes, 21 de mayo de 2010
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5 comentarios:
Apuntar que aunque en mi caso pueda considerarme un "privilegiado" (no en vano creo merecer la confianza de mi editor y espero no tener demasiados problemas para publicar mi próxima obra), sí percibo esa decadencia. ¿Qué va a ser del librero de toda la vida? ¿Por qué esa injusticia (también vivida por mí en su día) de no tener oportunidades por el mero hecho de que nadie te las ha ofrecido antes?
En fin... Un abrazo y, como siempre digo, nos seguimos leyendo.
Si lo piensas, qué más da incluso que haya o no editoriales, ¿acaso dejaremos de escribir por este hecho insignificante? Naturalmente que no. Lo nuestro es un veneno para el que no hay antídoto.
Un fuerte abrazo.
La verdad, Mercedes, es que llevas razón. Si lo pienso, ¡qué más da! Escribir forma parte de mis/nuestros verbos y conjugarlo resulta genial.
Mil sonrisas, muchos cuentos.
Creo que se escribe o se pinta para ser, crecer...Si además se publica o se vende...mejor. Pero el que dejase de escribir o pintar porque vienen mal dadas nada importante hubiese dicho al seguir...Un saludo.
Hola Mateo. Bienvenido a este espacio y mil gracias por tu comentario con el que estoy totalmente de acuerdo. De hecho mi principal razón para escribir es que me encanta escribir. Sin embargo y con independencia de eso, hay detalles del panorama literario que no acaban de gustarme y son a ellos a los que me refería.
Nos seguimos leyendo y otro saludo para ti.
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