Creo más bien que el éxito es, en una proporción aritmética o geométrica según la fuerza del escritor, el resultado de éxitos anteriores a menudo invisibles a simple vista. Hay una lenta agregación de éxitos moleculares; pero generaciones espontáneas y milagrosas, jamás.
Los que dicen: "Yo tengo mala suerte", son los que todavía no han tenido suficientes éxitos y lo ignoran.
Libertad y fatalidad son dos contrarios; vistas de cerca y de lejos son una sola voluntad. Y es por eso que no hay mala suerte. Si hay mala suerte es que nos falta algo: ese algo hay que conocerlo y estudiar el juego de las voluntades vecinas para desplazar más fácilmente la circunferencia.
Los que dicen: "Yo tengo mala suerte", son los que todavía no han tenido suficientes éxitos y lo ignoran.
Libertad y fatalidad son dos contrarios; vistas de cerca y de lejos son una sola voluntad. Y es por eso que no hay mala suerte. Si hay mala suerte es que nos falta algo: ese algo hay que conocerlo y estudiar el juego de las voluntades vecinas para desplazar más fácilmente la circunferencia.
Nota: Texto perteneciente a los Consejos a los jóvenes literatos, de Charles Baudelaire.
3 comentarios:
Amigo Manuel:
Totalmente de acuerdo con lo que dices.
A veces la "Mala suerte" es nuestra propia creación de las coas; por falta de conocimiento algunas veces,o de experiencia en otras, pero que con tesón y ganas de superación, podemos llegar a conocer los resultados más insospechados.
Recibe mi abrazopoeta amigo: Antonio
Mala suerte, buena suerte.
Existe el azar, no hay duda y a veces puede sernos favorable. Pero como no hay bien que cien años dure ¡cuidadito!, pues ese azaroso éxito ha de ser mantenido con el "petit a petit" que no depende sino de nosotros mismos.
Si la fortuna empieza siendo desfavorable, desfallecer es mal camino. Con Baudelaire afirmo que hay que seguir, continuar creyendo en uno mismo y sabiendo buscar lo que se quiere.
Un abrazo Manuel Á
Hola Anbairo, hola Ángeles:
¡Qué bien encontraros por aquí! Me alegra mucho y agradezco aún más vuestros comentarios.
Resulta curioso este tratado de Baudelaire del que iré poniendo alguno de sus apartados. En este comparto lo que vosotros pues, efectivamente, no hay bien que cien años dure. Y sí, creer en uno mismo es sin duda fundamental.
Mil sonrisas, un abrazo grande y como siempre digo nos seguiremos leyendo.
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