No conozco mejor hobby que perseguir sueños. Y los hay de muchos tipos. Unos son delirios de grandeza: más alto, más fuerte, más rico. Otros, sencillas intenciones para mejorar. La mayoría pertenece a quien los tiene -a mí y para mí-, aunque muchos presten los suyos a los demás. Hay quien los anota cuando despierta para que nunca se olviden. Hay quien pide que se cumplan sin ni siquiera saberlos identificar. Algunos osan a interpretarlos: si soñamos que perdemos un paraguas se avecina un pleito inesperado, si lo escondemos de los demás es porque vivimos una relación inconfesable....
Sueñan ricos y pobres, reyes y plebeyos, jueces y reos. Incluso tú, que dices estar despierta. Existen de locos, contra pronóstico, inocentes, perversos… Y los mejores, que nunca ocurren de día. Fue un tal Platón quien lo dijo: El hombre se conoce por sus sueños. Lo malo es que a veces, si no estamos atentos, se acaban confundiendo con nuestras pesadillas.
9 comentarios:
Muy buen trecho, Manuel, onírico...
Un abrazo.
Humberto.
Mil gracias, Humberto. Fiel a mi estilo y sobre una trama de fondo, la novela está salpicada de reflexiones en esta línea.
Otro abrazo y nos seguimos leyendo.
Ya nos has puesto los dientes largos y las glándulas salivares ingurgitadas...!
Voy acelerado y no te respondí la llamada, pero parece que tú tampoco paras... un beso al niño y otro a su madre
Hola Juan Luis:
Muchas gracias por ese comentario tan cercano y "visceral". Me alegra saber de ti. Un abrazo grande y seguimos en contacto.
Buenos días, Mariano:
Últimamente yo también voy acelerado, aunque es la única manera de llegar a todo. Por aquí estamos bien, creciendo cada día en longitudes y sonrisas. Hablamos, otro abrazo.
Ya tengo ganas de leerlo Manuel que el titulo y lo que pones me parece muy bien.Besitos
Hola Cristina:
Gracias también a ti aunque todavía falta un tiempo hasta que salga el libro. Estos procesos son lentos y más en los tiempos que corren. Mil sonrisas y nos seguimos contando.
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