Hoy, como cada primer viernes de octubre desde hace veinte años, celebramos el Día Mundial de la Sonrisa. Su creador, Harvey Ball -el mismo que había ideado el símbolo iconográfico del Smile Face o Carita feliz- pensó en esta fecha para proponerse ser feliz y transmitir su alegría, aunque fuera por un día.
Ciertamente, las sonrisas están llenas de beneficios constatables para la salud. Sonriendo liberamos endorfinas, serotonina y demás neurotransmisores que -entre otros muchos beneficios- mejoran nuestro estado de ánimo, elevan el umbral del dolor y aminoran los amagos de ansiedad. Sonriendo ejercemos de manera gratuita un lenguaje universal que aumenta nuestra autoestima y nos hace más empáticos hacia quienes nos rodean. Sonriendo generamos confianza, seguridad... Y encima se contagia.
Será porque como dijera la escritora cubana Zenaida Bacardi de Argamasilla, la sonrisa es una gota pequeña, pero en esa gotita cabe el mar.
viernes, 4 de octubre de 2019
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