Aunque nuestro deporte de cabecera sea el Balonmano, cada verano, coincidiendo con los campeonatos internos de esa Sociedad La Venatoria en la que encontramos alivio ante tanto calor, damos rienda suelta a nuestra vena más futbolera. Y así, año tras año nos apuntamos como seguidores del combinado de Fútbol Sala donde juega mi hijo Manuel. En esta ocasión lo hace junto a sus amigos en un equipo de nombre sugerente: Tiki Taka. Habiendo entrenado regularmente, en pabellón a media tarde, con mascarilla de principio a fin y cumpliendo cada norma que establece la pandemia vigente. En eso -y en todo- han sido de lo más responsables.
Tras un comienzo dubitativo, Tiki Taka ha demostrado a lo largo de este campeonato ser un auténtico equipazo que finalmente se sobrepuso hasta llegar a la final. De la mano de sus entrenadores, lo hizo a base de esfuerzo, disciplina, compañerismo, ilusión, con jugadas de muchos quilates... sufriendo y complaciéndose según tocara, en la cancha o en los banquillos.
Sin personalizar, destacando así a todos, este Tiki Taka nos ha impartido otra lección de pundonor. Ahora toca felicitarles sinceramente por lo conseguido, darles las gracias por su entrega, recuperarse de tanto esfuerzo -y en algún caso, de cierta lesión- y disfrutar de esa final que se celebrará el próximo lunes. Nosotros, seguidores incondicionales sea en forma de madres, padres o demás, os animaremos desde la grada... Porque eso sí: para nosotros, con independencia del resultado, por vuestra actitud ya sois unos campeones.
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