sábado, 30 de marzo de 2024

Mi yo más psicológico

Tras haberme doctorado en Medicina y haber terminado mi residencia como especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública, decidí cursar Psicología por la UNED a fin de complementar mi formación. Por aquel entonces, empezaba a dar clases sobre prevención en el Instituto Universitario de Drogodependencias -integrado en la Complutense de Madrid- y pensé que sus enseñanzas me vendrían muy bien para luego presentarlas en el aula.
Fueron una treintena de asignaturas, en cinco cursos durante seis años, compaginando ese trabajo de facultativo preventivista con decenas de exámenes en el centro de la UNED del municipio donde precisamente había nacido mi abuela: Calatayud... Mas, sin duda, aquel esfuerzo mereció la pena. 
Pese a obtener el título oficial de Licenciado en Psicología y haberme colegiado en su momento, he de reconocer que nunca he ejercido formalmente como psicólogo. A lo sumo, integré sus contenidos en las clases que exponía en la Universidad y atendí algunos casos particulares que por circunstancias decidimos abordar. E incluso durante una temporada impartí por diferentes centros de la provincia aquella ponencia titulada Mis siete mandamientos para ser feliz, avalada por la asociación Activos y Felices.
Sin embargo, siempre he dicho que donde más psicólogo me siento es en mi Literatura. En especial, en mi ópera prima El amor azul marino, y en la que por ahora será la siguiente obra: Catorce lunas crecientes. Si en la primera hacía un repaso a nuestras emociones y sentimientos, en esta última reflexiono sobre algunos pilares fundamentales para vivir mejor, más tranquilos y -en la medida de lo posible, en estos tiempos de pospandemia- un poquito más felices. Como siempre, los cuentos son el vehículo para alcanzar tal destino.
De momento, estamos en el proceso de revisar sus galeradas... pero me da que os va a encantar. 
Al releerlo he descubierto que a través de sus vivencias me conozco más a mí mismo, y con ello -parafraseando a ese maestro de la Psicología llamado Erik Erikson-, que tengo más paciencia ante lo que veo de los demás.

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