lunes, 1 de octubre de 2018

En el Pinar de Lillo

El Pinar de Lillo es para muchos botánicos el único pinar autóctono que existe en España. En el corazón de la montaña leonesa, en pleno parque regional de los Picos de Europa y con esa edad estimada de más de cuatro mil años, constituye una auténtica joya de la flora de nuestra península ibérica. Pinos que alcanzan el cielo -así los describió mi hijo- junto a setas gigantes para enanitos -así las describió mi hija-; un bosque virgen repleto de colores al que cierto arroyo y mil aves le ponen banda sonora.
Con el debido permiso de los responsables de Espacios Naturales de la Junta de Castilla y León, aprovechando que lució un sol maravilloso, un grupo de amigos pertenecientes a la asociación Educamor realizamos el pasado sábado una excursión entre sus parajes. Sinceramente, fue una delicia. Otro lugar de cuento que merece otro cuento. Y al igual que sucedió en aquel Bosque de los Arrayanes ubicado cerca de la argentina Bariloche -al que le dediqué un relato incluido en mi libro Siete paraguas al sol-, ya se ha puesto en marcha mi inspiración para que en breve lo tenga.

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