Sinceramente, no recuerdo haber escrito jamás una reseña de algún libro que no he leído, ni ninguna crítica a cualquier manifestación artística a la que nunca asistí. Sin embargo, en el caso de la obra La receta de la fabada, de Sergio Arrieta, representada el pasado sábado en el Teatro Albéitar (León) por la compañía de teatro Media Luna, dentro del VII Ciclo de Artes Escénicas Leonesas, haré una excepción.
Y la hago por varias razones. Primera, porque teníamos previsto asistir y a última hora, por una circunstancia sobrevenida, nos ha resultado imposible. Segunda, porque cuento con los comentarios al respecto de mi mujer, quien ya la había visto en el teatro madrileño de Las Aguas. Allí disfrutó mucho con el reencuentro de Clara y Asun, dos amigas de infancia en principio muy distintas -la una conservadora, la otra feminista a ultranza-, que después de tres actos acaban redescubriendo el afecto que se tienen y que en verdad les une mucho más de lo que las separa. Tercera, porque unos amigos sí pudieron acudir, compartiendo que vivieron una noche mágica: con lleno absoluto, otra interpretación magnífica -como siempre, Livia Cruz y nuestra querida Carolina Aller-, una trama tan original como entretenida, muchas emociones, muchísima ironía... y ese final que invita a todos a la reflexión. Y por último, porque cuantos han degustado La receta de la fabada me la recomiendan tanto que desde ya hago propósito expreso de asistir sin excusas a la próxima función.
lunes, 18 de febrero de 2019
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