Dicen que lo positivo no es noticiable, que en los tiempos que corren lo morboso vende más. De hecho, en esta era de la información que vivimos, tengo la impresión de que exagerar resulta rentable, de que acabamos dando la razón no a quien la tiene, sino a quien grita más.
En este contexto, leo un reportaje de cierto periódico especializado desvelando las vergüenzas del deporte en categorías inferiores: goleadas de escándalo que humillan a quienes la reciben, peleas entre padres que asisten a los partidos, insultos a los árbitros... Ese es el titular.
Por ello, aun aceptando que así pueda ocurrir en algún caso, como amante del deporte base quisiera resaltar también los muchísimos aspectos positivos que constato en él y que a menudo no pasan de la letra pequeña de cualquier diario: entrenadores transmitiendo valores -desde el respeto al compañerismo-, equipos a los que les faltan jugadores y se los presta el contrario, niños y niñas divirtiéndose juntos que se felicitan al final con independencia del resultado, madres y padres aplaudiendo su esfuerzo... Así, en nuestro caso, cada fin de semana acompañando a mi hijo a sus encuentros de balonmano, categoría benjamín, organizados por las Escuelas Deportivas Municipales del Ayuntamiento de León... Y siempre entendiendo que esa práctica deportiva constituye otro elemento fundamental para su formación integral como persona.
viernes, 22 de febrero de 2019
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