Este fin de semana he recibido por sorpresa un correo electrónico en el que cierta lectora compartía conmigo lo mucho que le ha gustado mi obra Mi planeta de chocolate (Ediciones Irreverentes); aquella colección de relatos convertida en novela, finalista de un Premio Internacional Vivendia que escribí hace más de diez años y de la que tan orgulloso me siento.
Al leer ese e-mail he repasado las vivencias compartidas con este libro: desde la primera entrevista en el periódico El Faro Astorgano a la última para la agencia mexicana de noticias Notimex, pasando por aquel contrato de la editorial alpina Giro di Parole para traducirlo al italiano, esa presentación en inglés en la Feria del Libro de Frankfurt o aquella posibilidad con aquella productora de convertirla en película. Nuestro editor estaba convencido de que habría sido un auténtico éxito.
Con Mi planeta de chocolate alcancé en dos ediciones mi cima de lectores -probablemente, también de ventas-, y aun cuando al final este último sueño no llegase a cuajar, resultó sin duda mi composición más internacional.
El correo de esa lectora me ha llevado a abrir el baúl de los recuerdos, rescatando entre otros esta primera propuesta de portada. Asimismo, me ha invitado también a desvelar un secreto que nos rebosa: en estos momentos alguien está intentando de nuevo convertirla en guion.
Y es que estoy convencido de que aún nos queda mucho planeta de chocolate por compartir.
lunes, 10 de junio de 2019
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