martes, 15 de noviembre de 2022

El poder sanador de la palabra

Las dos sesiones de cuentacuentos realizadas esta mañana en el CEIP San Francisco del municipio de Mayorga han vuelto a ser dos experiencias preciosas. Tanto los alumnos mayores como los de Infantil estuvieron de lo más atentos, sonrieron con cada historia, pensaron sobre esas curiosidades que suelo revelar -desde por qué la Jirafa es muda hasta por qué las cebras poseen esas manchas- y plantearon cuestiones de lo más interesantes. Como afirmara una de sus maestras, hemos dado otra vuelta al mundo sin salir del cole.
En un momento de mi intervención, resaltaba el poder terapéutico de los relatos, prescribiéndolos contra muchos males. De hecho, les decía que por razones de trabajo paso a menudo por la UCI de nuestro Hospital, recordándonos con ello lo importante que resulta la salud.
En ese preciso instante, una niña me preguntó si alguna vez le había contado un cuento a alguno de mis pacientes con intención de curarle. Entonces, en un ejercicio improvisado de reflexión, recordé que a dos: a mi hijo recién nacido, cuando le ingresaron en la UCI pediátrica por una dolencia de corazón ya subsanada... y a otra chiquilla, que en esos momentos estaba en coma inducido, simplemente porque sentí la necesidad de hacerlo. 
Aunque ninguno pudiera oírme, estoy convencido de que la simple calidez de la palabra posee poder sanador, sin efectos secundarios ni riesgo de sobredosis. De hecho -gracias a esa alumna de Mayorga-, mientras no parezca inoportuno, prometo volver a hacerlo en alguna otra ocasión.

No hay comentarios: