1. Porque tenemos unas tasas de lectura que, aun habiendo mejorado, siguen muy por debajo de las medias europeas.
2. Porque en este contexto, prima descaradamente lo comercial frente a lo artístico.
3. Por las barreras impuestas a los nuevos escritores. Y así, si no eres previamente conocido, resulta habitual que las editoriales rechacen tu obra sin tan siquiera leerla, que de editarse haya mil pegas en su distribución y, en el supuesto de que una librería la adquiera, sea en número limitado y lejos de los expositores.
Otro problema añadido son las dificultades en su promoción. De hecho, los llamados medios de comunicación y muchos de sus "críticos literarios" sólo dedican su tiempo y espacio a los best-seller, a autores consagrados, a editoriales de peso. En este sentido, hago mía la carta del escritor y editor Miguel Ángel de Rus al diario ABC, denunciando una situación tristemente habitual en tantos y tantos medios. Una carta que dice así:
La actitud de la sección de Cultura de este periódico -no así de su suplemento cultural- habitualmente desprecia toda creación cultural aparecida en editoriales que no son las más grandes, o por expresarlo más claramente: se informa de lo que publican las empresas grandes que gastan dinero en publicidad en este medio. Esta actitud llega a su grado máximo en reportajes como éste que publican cada final de agosto, sobre las novedades de las editoriales: de una forma partidista y patética, sólo informan de lo que publican Planeta, Destino, Tusquets, Salamandra, Alfaguara, Plaza y Janés, RBA, Grijalbo, Seix Barral, Lumen y una o dos más. ¡Se acabó! Ni puñetero caso a las novedades de El Acantilado, Akal, Valdemar, Siruela, Lengua de Trapo, Ediciones Irreverentes, Castalia y otras editoriales que si bien son pequeñas o medianas publican libros que al menos valen tanto la pena como los que mencionan en su publireportaje. Y si pretenden que no es así, culturícense, y repasen el catálogo de estas editoriales. El prestigio se pierde día a día, cuando un medio se convierte sólo en defensa de unos intereses comerciales, con total desprecio de la verdad y de la información. Ya que el negocio es suyo, harán con él lo que quieran; si quieren informar sólo de quien puede gastarse la pasta en publicidad es su problema, pero ya no son un medio de información, sino un soporte publicitario. Respeto su condición de soporte publicitario, pero no que pretenda que eso es información. Miguel Angel de Rus, Ediciones Irreverentes.
Lo dije: ante tantas barreras e injusticias, la de escritor suena a profesión de riesgo.
Lo malo es que es un riesgo que me gusta.
Lo malo es que es un riesgo que me gusta.
1 comentario:
Totalmente de acuerdo con el contenido...
Que te vaya muy bien en tus "próximas aventuras"... Un cordial saludo.Ángel
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