Aun cuando estos datos puedan parecer exagerados, es evidente que tales trastornos resultan emergentes. Cada vez son más los profesionales sociosanitarios especializados en su abordaje; hay ya personas famosas que han reconocido padecerlos (como la tenista Serena Williams), grupos de autoayuda organizados (Internetadictos Anónimos), titulares de prensa al respecto (como los del diario italiano La República, recogiendo la noticia de que un joven que pasó tres días navegando por Internet fue hospitalizado por “confusión mental, alucinaciones y delirios”) e incluso sentencias judiciales retirando a unos padres la custodia de sus hijos por desatención, pues “no se despegaban del ordenador ni para comer”.
Según los expertos, una de las principales medidas preventivas ante este uso problemático de Internet es su empleo racional y el control de su exposición. Esto es, que el tiempo de conexión no exceda de las dos horas diarias, sin interferir con el sueño, con otras necesidades básicas, ni con las obligaciones que como persona el internauta pudiera tener.
En ello estamos...
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