Lo mejor que puedo decir del Teatro Arbolé es lo que ellos dicen de sí mismos: son una fábrica de sueños, con cuarenta años al servicio de la infancia (1979-2019). Durante este tiempo he percibido su evolución pues, como nosotros, la compañía no ha dejado de crecer. Al principio los vi junto a mis padres siendo niño, luego como primo mayor de mis primos pequeños, más tarde desde la condición de tío de nuestros sobrinos... Y recientemente, ya sea cuando vienen a León o cuando nosotros vamos a Zaragoza, como papá de mis hijos.
La última función a la que asistimos fue a Un día en el Teatro, representada a principios de enero en su preciosa sede del Parque del Agua Luis Buñuel, de la capital aragonesa. Y como siempre, nos encantó. Al igual que su puesta en escena, esas marionetas, su música, su mímica, una estética tan cuidada, la cercanía de cada actor...
Teatro Arbolé: toda una vida pintándonos sonrisas.
jueves, 9 de enero de 2020
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