A lo largo de estos 15 años de devenir literario, han sido varios los libros míos que se han utilizado en el aula para trabajar distintos valores. De entre todos, quizás el que hasta ahora mejor haya permitido tal objetivo sean mis Catorce lunas llenas, ilustradas por ese mago llamado Lolo, con el que obtuvimos el XLI Certamen Carta Puebla, en su modalidad de libro de cuentos. A través de diferentes vivencias personales acompañadas por un relato, en él abordamos situaciones peculiares como la solidaridad, la guerra, la pobreza, el cambio climático... invitando en cada una de ellas a la reflexión.
Los primeros alumnos que lo trabajaron fueron los de sexto curso de Primaria del Colegio Internacional Peñacorada, y los últimos los de segundo de la ESO del IES Legio VII, ambos en la ciudad de León.
A partir de la próxima semana estará disponible otro libro mío que cumple con esos mismos criterios para considerar un asunto no menos interesante: el respeto a la Naturaleza. Serán mis Catorce lunas menguantes, ilustradas por esa genio llamada Raquel Ordóñez Lanza, con el que logramos el II Premio Liliput de Narrativa Joven.
Atendiendo a una estructura similar, en él abordamos cuestiones medioambientales como el calentamiento global, la contaminación acústica, el exceso de plásticos en nuestros mares, la aparición de pandemias o la basura espacial, entre otras. Una obra ideal para concienciar a toda la población, y a los más jóvenes en particular desde sus propios centros de enseñanza.
Catorce lunas menguantes. Esta vez, ¿quién será el primero?
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