En el de mis amigos Noelia, Nuria, María, Guille, Félix, Pablo o Víctor... En el de mis colegas Beatriz y Antonio... En el de mis vecinos Charo, Fernando e Inés... Y así hasta alcanzar la veintena de hogares que, tras dedicárselas este mediodía en la Feria del Libro de León, han dado su bienvenida a esas Catorce lunas menguantes (MAR Editor), ilustradas por la genial Raquel Ordóñez Lanza.
Sin duda, ha sido una mañana estupenda que incluso el buen tiempo no quiso perderse. El único pero, por ponerle alguno, es que ninguno de esos lectores era un nuevo lector. Con todos mantengo algún vínculo establecido. Y es que al final va a ser cierto aquello de que, parafraseando al gran García Márquez -quien escribía para que su gente le quisiera más-, yo realmente escribo para querer más a mi gente.
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