lunes, 10 de junio de 2013

La Feria de Madrid y yo

Podría afirmar sin riesgo a equivocarme que mi relación con la Feria del Libro de Madrid resulta difícil de comprender. Cuando estuve viviendo allá, me encantaba perderme entre sus casetas... Y aun ahora que resido lejos, procuro visitarla en cuanto puedo, trayéndome a casa ese ejemplar firmado de aquel escritor que pretendía.
Como autor, tuve la suerte de presentarme en aquella edición del año 2007. Hasta allí acudieron muchos de mis lectores, de mis compañeros de trabajo, de mis amigos... Sin embargo, el infortunio quiso cebarse conmigo: salió un martes anodino sin demasiada afluencia, una tarde desapacible que amenazaba tormenta, e incluso a última hora hubo un cambio imprevisto en el cartel que impidió que completase la jornada.
Luego vinieron otras ediciones, nuevas obras, muchas más negociaciones, alguna que otra promesa... Incluso sé que mi editor hizo miles de gestiones. Pero por uno u otro motivo, nunca más pude volver. El último librero con el que hablé aseguraba que debemos asumir que "en la Feria no hay cabida para todos", que "mi editorial no es lo suficientemente importante" y que -con independencia de cómo escriba, pues nunca me ha leído- "no soy un autor de primera línea". Quizá sea eso...
Entre tantas explicaciones seguiré a lo mío, creyendo firmemente en mis renglones y siendo fiel a esta máxima de vida: escribir para compartir... Aunque -lo reconozco- no pueda ser siempre allá donde me gustaría.

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