La primera vez que escuché esa expresión fue al inolvidable Félix Rodríguez de la Fuente. Somos la Civilización de la basura, afirmó hace más de cuarenta años en su programa El Hombre y la Tierra. Tristemente, no puedo estar más de acuerdo. Podría mostrar cientos de datos sobre los estragos que nuestra cultura de usar y tirar ha causado en la Naturaleza, pero compartiré solo uno: a día de hoy, ya no queda ningún ecosistema marino sin contaminar.
La verdad es que se trata de un tema que me ocupa y me preocupa. Declaro abiertamente que segrego a conciencia mis residuos domésticos, que cuando vamos a la playa organizo batidas con mis hijos para retirar los plásticos que encontramos, que cada vez que realizamos una excursión a la montaña con el grupo Pequeyordas llevamos una bolsa en la que recogemos la basura que vemos por el camino... En uno de los relatos de mi libro Catorce lunas llenas retraté el drama que viven nuestros mares, y en todas mis sesiones de cuentacuentos priorizo como un valor la defensa del medio ambiente.
No sé si a estas alturas estaremos todavía en disposición de revertir esa realidad, pero no por ello quisiera resignarme. Y es que, parafraseando al mismísimo Rodríguez de la Fuente, me ha bastado pensar que la Naturaleza pertenece a los niños para reanudar mi batalla encaminada a su conservación.
domingo, 5 de mayo de 2019
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