Y coincidiendo con que esta próxima semana entra en imprenta mi libro El amor en los tiempos del Mindfulness, comparto con ella lo muchísimo que yo aprendí de mis maestros, entre los que siempre he incluido a los siguientes cuentistas:
1. De Charles Perrault, que la Cenicienta subió a la carroza y su madrina le recomendó con mucho empeño que saliese del baile antes de medianoche, advirtiéndole que si permanecía en él un momento más, esa carroza volvería a convertirse en calabaza, los caballos en ratones, los lacayos en lagartos y sus hermosos vestidos tomarían la primitiva forma que tenían.
2. De Hans Christian Andersen, que la vida en sí misma es el más maravilloso cuento de hadas.
3. De Antón Chéjov, que la brevedad es la hermana del talento.
4. De Edgar Allan Poe, que los que sueñan de día son conscientes de muchas más cosas que los que sueñan solo de noche.
5. De Gabriel García Márquez, que ninguna persona merece tus lágrimas, y quien se las merezca no te hará llorar.
6. De Katherine Mansfield, que el gran privilegio, el alivio y la comodidad de la amistad es que uno no tiene que explicar nada.
7. De Julio Cortázar, que pobre amor el que de pensamiento se alimenta.
8. De Alice Munro, que en la vida tienes unos cuantos sitios, o quizá solo uno, donde ocurrió algo; después están todos los demás.
9. De mi abuelo, Ildefonso Cortés Guerrero, que considero un borrico a quien tiene mucho cobre y pasa la vida pobre para luego morir rico.
10. De Mario Benedetti, que tus ojos son mi conjuro contra la mala jornada.
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