Creo que fue en lunes cuando oí decir a un crítico literario que las presentaciones de libros se están convirtiendo en sesiones clandestinas a las que cada vez asiste menos público. Un martes cualquiera cierto editor comparaba tales actos con reuniones familiares a las que sólo acuden parientes o amigos de quien escribe. Y me da que era miércoles cuando escuché de un lector resabiado que la mayoría resultan aburridas.
Sin embargo hubo un día, laboral o festivo, en el que tuve el gusto de participar en una en la que se rompieron estos preceptos. Ocurrió en el Forum FNAC de Zaragoza, durante la presentación del libro Un preso que hablaba de Stanislavski del escritor Santiago García Tirado. Aquel jueves se aunaron muchos factores: un autor atrevido de discurso interesante, el video promocional de aquella escuela de actores, la adecuada difusión en los medios, ese público cercano que llenaba la sala y, lo más importante, una buena historia en el bolsillo. La de ese tal Delio Boix, hombre consagrado del cine y el teatro, detenido por un asunto que se va desgranando en cada interrogatorio. Un actor de método que ignora los motivos de su encierro, que repasa entre rejas distintos episodios de su vida y en cuyo fondo está siempre ese otro tal Stanislavski.
Cuando García Tirado obtuvo el Premio Teruel por su relato Un fotógrafo en la siesta, el escritor Javier Reverte manifestó sorprendido lo difícil que era encontrar un cuento tan redondo. Pues bien, parafraseando dicha exclamación, en Un preso que hablaba de Stanislavski García Tirado nos presenta una novela que cuadra. Por un lado, con su trama original que atrapa curiosidades conforme avanza la investigación. Por otro, mediante la carga psicológica de sus personajes (sin olvidar la de esas mujeres que conforman la vida del protagonista). En tercer lugar por la frescura de un lenguaje que invita al placer de la lectura. Y finalmente desde la sorpresa de su desenlace.
Un autor recomendable, “enemigo de las medias tintas”, de quien la crítica especializada afirma que está destinado a encabezar el relevo generacional en la nueva literatura española. Y una obra cuidada que debe degustarse sin ideas preconcebidas. Sencillamente porque, tal y como comprobamos en aquella presentación, ha sido escrita para romper estereotipos. Eso sí: cualquier día de la semana.
viernes, 9 de abril de 2010
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2 comentarios:
Cómo será lo bonito que has hablado de “Un preso que hablaba de Stanislavski”, que ya estoy deseando leerla. No sé, pero, por lo que nos cuentas, creo que puede ser interesante este autor tan rompedor.
Gracias, Manuel, por traernos cultura.
Hola Mercedes: La verdad es que a Santiago, además de amigo, lo considero muy buen escritor. Por ello y al igual que hice contigo, me permití recomendaros en el programa "Hora América" de Radio Exterior de España como autores a descubrir con motivo de la Feria del Libro de Buenos Aires y el próximo Día del Libro. Deseo que te guste su novela.
Gracias también a ti por interesarte la cultura.
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