Tal como estaba previsto, ayer celebramos en la Biblioteca Padre Isla, de León, el encuentro literario Cambio de Estación: Invierno, que debió aplazarse en su día por motivos de esta pandemia, incluyendo la presentación de mi último libro Catorce lunas menguantes (MAR Editor). Y he de reconocer que no puedo estar más satisfecho de su desarrollo: tuve una anfitriona de lujo -Mariado junto a todo su equipo-, un presentador de primera -Héctor-, dos reporteros excepcionales -Alejandro y Marcelo-, esa sala llena de lectores a pesar de tantas restricciones, varios cuentos compartidos, otro ambiente agradable que enaltece la Literatura... ¡Incluso en plena cuesta de enero, estuvimos a punto de agotar todos los ejemplares que llevamos!
Escribir me ha regalado detalles impagables, aunque ninguno como ese que -jugando con sus propias palabras- heredé de mi maestro Gabriel García Márquez. Porque si él inventaba historias para que sus amigos le quisieran más, yo lo hago para querer más a mis amigos. Y creedme cuando confieso que a menudo lo consigo.
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