Minutos antes de entrar como epidemiólogo de guardia de mi Área Sanitaria, repaso ese Decálogo contra el Coronavirus, diseñado entre consultas. Lo redacto a título personal, con algún que otro apunte de mi hemisferio derecho -el más emocional- y de alguna institución puntera en el tema. A mí y a los míos nos sirve; ojalá sea útil para otras personas.
1.- Seguir las recomendaciones de las autoridades sanitarias. Me consta que están volcadas en controlar esta epidemia y que trabajan/trabajamos de continuo para hacerlo. Sus decisiones no son caprichosas, ajustándose a los protocolos establecidos. Por ello, si me aconsejan que por cualquier motivo debo permanecer en casa, me quedaré en casa.
2.- Conocer los cauces establecidos para resolver dudas -como los teléfonos de información-, haciendo un uso responsable de ellos. A veces convendría no leer tantos titulares ni escuchar opiniones de personas relevantes en otras disciplinas, pero absolutos ignorantes en esta.
3.- Permitirse tener miedo -a fin de cuentas es una emoción de lo más humana-, aunque tratar de gestionarlo bien. Esos miedos irracionales nos bloquean y a menudo hacen que tomemos decisiones precipitadas. Desde la histeria estaremos siempre invalidados.
4.- Evitar el contacto estrecho con personas enfermas -principalmente de ser casos probables o confirmados, durante su periodo de transmisibilidad-. En principio no hay que realizar actuaciones especiales ante animales o alimentos.
5.- En la medida de lo posible, evitar tocarse ojos, nariz y boca, por ser las puertas de entrada para el virus. Últimamente estrechamos menos manos. Asimismo, desinfectar regularmente con rociadores o toallitas domésticas aquellos objetos o superficies que tocamos de continuo.
6.- Procurar las medidas habituales de higiene, sobre todo en lo relativo al lavado de manos: con agua y jabón, durante al menos 20 segundos, en especial después de sonarse la nariz, toser o estornudar, antes y después de comer, antes y después de ir al baño... Y por supuesto, siempre que estén visiblemente sucias.
7.- De no haber tal posibilidad, utilizar un desinfectante de manos que contenga al menos un 60% de alcohol... Y en cuanto podamos, lavárnoslas bien.
8.- Cubrirse nariz y boca con pañuelos desechables durante la tos o el estornudo, para arrojarlos a continuación a la basura. No toser sobre nuestras manos ni sin poner contención. De haberlo hecho sobre alguna superficie, proceder a su desinfección según indicamos.
9.- Utilizar mascarillas en el caso de estar enfermo. También se consideran esenciales entre el personal sanitario y los cuidadores en entornos cerrados. Su empleo sistemático -por ejemplo, yendo por la calle- en estos momentos y en nuestro medio no se considera necesario.
10.- Seguir sonriendo -un gerundio tan cargado de beneficios para la salud-, seguir disfrutando de tantas cosas positivas de nuestra vida, seguir creyendo en el ser humano. Porque estoy convencido de que -permitiéndome otra licencia desde mi argot más deportivo- al final este partido lo vamos a ganar.
domingo, 8 de marzo de 2020
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario