martes, 31 de marzo de 2020

Edadismo en tiempos del Coronavirus

De entre todos los verbos que como sanitario he conjugado a lo largo de mi vida, sin duda el más complejo ha sido el de hacer triaje: ese término francés que se emplea en el ámbito de la Medicina para clasificar a los pacientes de acuerdo a la urgencia de su atención. En alguna ocasión tuve que realizarlo en circunstancias extremas, resultando tremendamente duro. Podía ocurrir que a quien atendieras primero se salvase, pero el siguiente no.
Uno de los objetivos del Proyecto Solidario Los Argonautas, que dirije mi amigo Fernando Fernández Gil y del que soy médico asesor, es la lucha contra el edadismo: cualquier comportamiento inadecuado y prejuicioso vinculado a la edad de una persona. Sus acciones se dirigen preferentemente a los mayores más desfavorecidos, luchando contra cualquier discriminación que pudieran sufrir por esa doble condición.
En este contexto, durante estos tiempos del Coronavirus, observo con preocupación actitudes como las del sistema sanitario holandés que opta abiertamente por no hospitalizar ni a débiles ni a ancianos para que no se sature... La del vicegobernador de Texas, abogando por priorizar la economía frente a la supervivencia de los mayores, pidiéndoles a estos que no acudan a los centros sanitarios y se sacrifiquen por el sueño americano... O algunas manifestaciones habidas en España -de políticos y no políticos, con adjetivos de por medio o sin ellos- que en esta misma línea demandan que los recursos en salud se reserven para los jóvenes.
Esta vez me permito a mí mismo no rebatirles con mi opinión. De hecho partiría con ventaja pues ellos, probablemente, jamás hicieron labores de triaje. Prefiero ser fiel a mis principios en esa primera línea llamada residencias para mayores, combatiendo contra esta pandemia... Y mientras tanto, seguiré observando, velando por ellos sin restarles un ápice de mi atención. A fin de cuentas, quizá todo sea porque -como dijera la escritora Simone de Beauvoir- la vejez simboliza el espejo de un futuro en el que nadie quiere verse reflejado.

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