Conocimos a Miguel Ramón a través de la Literatura. Nos reconocimos durante la Feria del Libro de Burela, en aquella sesión de cuentacuentos a propósito de mi libro Nanas para un Principito. Recuerdo que desde el principio hizo buenas migas con toda la familia y que incluso Manuel pequeño le bromeaba con su Valencia del Cid y nuestra Valencia de Don Juan. Más tarde, nos encontramos en Zaragoza, en aquella presentación de mis Catorce lunas llenas... Y nos reencontramos en el municipio manchego de Miguelturra, con motivo de la entrega del Premio Carta Puebla por El amor en los tiempos del Mindfulness.
Lector apasionado, viajero de mente abierta, maestro y aprendiz de tantas cosas... En su generosidad encontré inspiración para el personaje de mi última obra... Y de nuestra amistad surgieron conversaciones entrañables en torno a los libros y a la vida.
Ayer fue su cumpleaños. Le felicitamos por ello, a sabiendas de que las sorpresas le llegarían por añadidura. En forma de homenaje de sus compañeros a través de un sorpresivo claustro, de programa de radio con canciones y textos dedicados, o de un vídeo emotivo de profesores y alumnos a propósito de su persona.
Hoy es el primer día del resto de su vida, en el que inicia una nueva andadura. De libros, de viajes, de aprendizajes... Por supuesto que en ella le deseamos lo mejor. Y es que, sencillamente, se lo merece.
martes, 5 de mayo de 2020
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