Me ocupa que a principios de febrero la Antártida rozase los 20º C. de temperatura, cuando debería estar en torno a los 0ºC... Me entristece que solo en el mes de agosto del año pasado se quemase en la Amazonia una superficie de selva equivalente en espacio a más de cuatro millones de campos de fútbol... Y me apena que la asociación ecologista Opération Mer Prope anuncie en estos tiempos del Coronavirus que como consecuencia de nuestra irresponsabilidad pronto habrá más mascarillas que medusas en el Mediterráneo.
Como no aprendemos, seguimos arrojando nuestros desperdicios -en este caso guantes, mandiles y demás- sin apenas control, habiéndose constatado que muchos de ellos llegan al mar para acumularse en su fondo.
A menudo, el Principito ejerce de mi Pepito Grillo particular: ¿Tú crees que a alguien más le preocupa? Y la Sirenita nos advierte de que prefiere los cuentos de medusas, sin conceder la menor opción a ninguna otra basura.
Quizá me pierdan mis obsesiones, pero intuyo que la próxima pandemia será por un desastre medioambiental... Aunque antes de dar todo por perdido, insistiré en que podemos revertirlo simplemente mejorando nuestra actitud.
Con todo lo vivido, ¡no sé qué más necesitamos para cambiar!
1 comentario:
Gran ejemplo el tuyo Manuel .....Gracias
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