jueves, 30 de abril de 2020

Buenas noticias en tiempos del Coronavirus

En aquella infancia de pueblo, a fin de sacar un aguinaldo para las fiestas, desde la biblioteca municipal editamos cierta revista que recogiera curiosidades de nuestra comarca. Le llamamos Buenas noticias... Y aunque su nombre no fuese original, aspirábamos a hacerle competencia a aquel otro periódico de la época que solo las daba malas: El Caso.
Así, publicamos cierto reportaje sobre las Acacias -por ser las primeras plantas que aparecen tras un incendio-, varias fotos de Avutardas -probablemente el ave voladora más pesada que existe-, tres crucigramas robados, algún soneto perdido y esa entrevista al alcalde anunciando que al año siguiente construiría un frontón que nunca pasó de aquella primera piedra.
Casi nadie nos compró nada, ni siquiera hubo número dos... Y los pocos que la adquirieron, fue más por lástima que por interés. Ante tal realidad, la mamá de Lorencito trató de animarnos con una frase que a menudo me sobreviene: Lo bueno vende poco... ¡Y vosotros sois demasiado buenos!
En cualquier caso, no nos vinimos abajo. De hecho, me sigue encantando transmitir buenas noticias. Y aunque en estos tiempos del Coronavirus apenas quede margen para ellas, quisiera destacar alguna que ha coloreado mi Esperanza:
1.- Anteponiendo el respeto de quienes sufren a la frialdad de cualquier predicción, los científicos advierten que -tras haber mutado en treinta cepas distintas- el COVID19 ha perdido agresividad, lo que indicaría que conforme pase el tiempo estará más debilitado y será menos lesivo para la población.
2.- Muchos investigadores trabajan contrarreloj para hallar lo antes posible una vacuna eficaz y segura. De hecho, hay alguna que se encuentra en fase tan avanzada que ha trascendido la posibilidad de estar disponible incluso para septiembre.
3.- La Federación Internacional de la Industria Farmacéutica -a la cual pertenece la patronal española Farmaindustria- ha reafirmado que el acceso a los tratamientos y la vacuna contra este COVID19 será asequible y equitativo en todo el mundo.
Sin pretender matar a ningún mensajero, quizás esta vez me pase lo mismo y nadie nos compre nada. Mas aunque Lorencito y toda la pandilla aprendiésemos entonces que lo bueno vende poco, seguiremos trabajando cada día por encontrar otras primicias que nos pinten el alma -siempre reflejo de nuestra cara- de eso que más le alimenta: una sonrisa.

1 comentario:

Juan Patricio Lombera dijo...

En estos momentos en que tanto necesitamos la esperanza, quizás vendas más. Un Fuerte abrazo