Aunque fuese en otra batalla, hubo una vez que cierto virus estuvo a punto de noquearme. ¡Precisamente a mí, que siempre he presumido de estupenda salud e incluso bromeaba con eso de que la alopecia era la única enfermedad que padecía! Sucedió hace cuatro años. Un maremoto de fiebre y cansancio se instaló como okupa en mi organismo, forzando a que ingresara en el Hospital de León.
Casual o causalmente, allí fui atendido por un médico en toda la extensión de la palabra: el doctor José Guerra Laso, perteneciente a su servicio de Medicina Interna. No pude caer en mejores manos ni en mejor persona. Porque juntos -entre sus conocimientos y los de su equipo, el apoyo de los míos y tantas ganas por seguir contando-, acabamos derrotando a aquel maldito Citomegalovirus que se había empeñado en complicarme la vida.
En estos tiempos del Coronavirus, el doctor Guerra coordina en su centro un ensayo clínico único en Europa -en el que inicialmente participan 65 hospitales españoles- para probar distintos fármacos que prevengan el contagio del COVID-19. Promovido por el Ministerio de Sanidad y avalado por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, el EPICOS -Ensayo Clínico para la Prevención de la Infección por Coronavirus en Sanitarios- pretende proteger a los profesionales que se encuentran en primera línea de respuesta a la pandemia y a esos pacientes a quienes el personal con enfermedad asintomática pudiera transmitirla sin saberlo.
Estando en manos de quien está, este trabajo supone otra luz en la lucha contra el Coronavirus. Un proyecto cargado de Esperanza, a sabiendas de que esta virtud no será nunca lo último que se pierde... sino siempre, lo primero que se encuentra.
viernes, 24 de abril de 2020
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