Creo que no le hice demasiado caso.
Durante cada celebración he disfrutado compartiendo con lectores, conociendo a tantos colegas de Letras, amando abiertamente a los libros. En cada presentación he descubierto que el amor no es solo azul -El amor azul marino-, que puedo escribir misivas a cualquier estado -Cartas para un país sin magia- mientras compongo la mejor de las sinfonías -Nanas para un Principito-, viajar a otros lugares con otros sabores -Mi planeta de chocolate-, seguir inspirándome en la Luna -Catorce lunas llenas- o bailar bajo la lluvia aunque no llueva -Siete paraguas al sol-... Y siempre constatando que el amor pervivirá, incluso en estos tiempos del Coronavirus -El amor en los tiempos del Mindfulness-.
Por eso me resisto a que -a pesar de las circunstancias- este 23 de Abril sea un día triste. Prefiero dar las gracias por cada instante vivido, por decenas de gestos, por cientos de firmas, por miles de amigos... Y porque gracias a esos libros me siento más humano, más libre, más feliz.
3 comentarios:
Todos los días sin Buenos para un escritor como tú. Y no es lo que más te caracteriza a pesar de que bordas tus líneas... Destacaré de tí tu inmensa bondad y entrega. Eres grande Manuel.
Gracias, Manu. Yo también me resisto a tacharlo de día triste, pq los días nos los dió Dios para hacer de ellos nuestra voluntad. Yo tb lo hago un día de gratitud. Gracias Manu, gracias Vida. Gracias Padre.
Cierto Manuel, gracias a los libros, los seres humanos (aquellos elegidos);hemos sido capaces de contar nuestra historia, nuestras alegrías, nuestras miserias, nuestras glorias y derrotas, nuestras preguntas por el futuro... Y como tu dices, si Dios quiere, nos seguiremos contando. Dando gracias a los libros y a quienes son capaces de escribirlos.
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